viernes, 25 de noviembre de 2011

LA CUESTION SOCIAL ¿HABRA SIDO UN HECHO DE IMPORTANCIA O SIGUE SIENDO UN TEMA DE QUE HABLAR?



Un conjunto de problemas sociales que viven los sectores populares originada por la migración, los problemas urbanos y las condiciones laborales.La cuestión social para la Doctrina social de la Iglesia se manifiesta externamente como afectando de un modo principal a la clase obrera (los asalariados) en sus relaciones con los capitalistas y empresarios; pero en realidad se hace sentir en todas las clases sociales. En opinión de algunos, la llamada cuestión social es solamente económica, siendo por el contrario ciertísimo, que es principalmente moral y religiosa y por esto ha de resolverse en conformidad con las leyes de la moral y de la religión". Las consecuencias sociales, laborales e ideológicas de la industrialización y urbanización nacientes: una nueva forma dependiente del sistema de salarios, la aparición de problemas cada vez más complejos pertinentes a vivienda obrera, atención médica y salubridad; la constitución de organizaciones destinadas a defender los intereses de la nueva "proletariado"; huelgas y demostraciones callejeras, tal vez choques armados entre los trabajadores y la policía o los militares, y cierta popularidad de las ideas extremistas, con una consiguiente influencia sobre los dirigentes de los amonestados trabajadores". El dinamismo económico del Norte grande y las ciudades, las transformaciones del campo mas una intensa migración del campo a la ciudad carece de la infraestructura para atender las demandas de los migrantes se origina graves problemas generales.


En nuestro país la noción e idea de “cuestión social” llegó a constituir una de las principales temáticas de preocupación y de discusión pública desde fines del siglo XIX hasta las primeras dos décadas del XX. Durante ese período, y tal como ocurre en el caso europeo, procesos como la expansión urbana, las dificultades para la constitución de una “sociedad salarial” y, más lentamente, el desarrollo de la actividad industrial inciden directamente en la aparición de una serie de fenómenos que se dan precisamente en las grandes ciudades y en las concentraciones de trabajadores de la zona salitrera. En general, a nivel de las principales ciudades, puertos y oficinas salitreras, se constatan precarias condiciones de vida de la clase obrera y, en especial, de la propia relación laboral, al carecer de protección y seguridad.   Las precarias condiciones de vida en las ciudades se ven agravadas por los problemas de vivienda que acarrean los flujos migratorios desde las haciendas del valle central y, posteriormente, de los centros mineros ubicados en la zona del salitre. Las ciudades asisten a un notable crecimiento demográfico que deviene en una fuerte demandas por habitaciones y viviendas. Del mismo modo, este déficit habitacional, unido al vertiginoso crecimiento de las ciudades provoca diversos problemas de hacinamiento, violencia y la propagación de enfermedades contagiosas. Todas estas expresiones de la “cuestión social” dan inicio a una serie de denuncias y conflictos sociales y políticos que evidencian también un cuestionamiento y malestar por parte de amplios sectores. Una de las reacciones deriva de segmentos específicos pertenecientes al mundo popular, específicamente, por parte de los artesanos y de las primeras organizaciones obreras: mutuales y mancomunales. Desde fines del siglo XIX se produce un recrudecimiento de las distintas expresiones de la lucha y de la protesta obrera que afectan a la mayoría de las ciudades, puertos y centros mineros.  Por otro lado, son las elites y la oligarquía quienes ven a la precariedad de los trabajadores y sectores populares como una amenaza para la estabilidad del orden social. También existieron otros representantes de las elites, entre ellos la Iglesia Católica y algunos grupos de legisladores, que promovieron ciertas normas e impulsaron las primeras reformas sociales. Como vemos, hasta las primeras décadas del siglo XX, la “cuestión social” connota diversas manifestaciones que, desde nuestra perspectiva, hacen evidentes las dificultades para la integración y la participación de un amplio sector de la sociedad chilena. Junto a las carencias en los sectores populares en salubridad, educación y vivienda, la desprotección de los trabajadores y el aumento de la conflictividad social, sobresalen también dos importantes interpretaciones manifestadas por los actores más protagónicos: En primer lugar, concebir la “cuestión social” como un fenómeno estrictamente urbano y asociado a la clase obrera.  En segundo término, entender a la “cuestión social” como sinónimo de “crisis moral”, tanto por parte de los sectores oligárquicos como por quienes realizan una crítica social más profunda. Esto último tiene a su vez dos significados.  Para algunos expresa la sensibilidad frente a las condiciones de vida de los sectores populares; pero también, situaciones que van desde el alcoholismo y la violencia urbana son percibidas como transgresoras de las normas y del orden social.  En síntesis, la “cuestión social” es asumida en distintos niveles, pero se restringe a la realidad de los sectores populares urbanos.  Logra también dar cuenta de una especie de “crisis integral”, dada las implicancias sociales y políticas que tuvo para la época. Junto a ello, por el hecho de que ciertos sectores tuvieron que abocarse a reconocer e identificar aquellos rasgos que estaba tomando la constitución de la sociedad chilena, permitió definir las particularidades de la idea de nación. No es casual que buena parte de los ensayos críticos, como los de Valdés Canje, Recabarren y el mismo Encina, se hayan realizado cercanos al primer centenario de la independencia, en 1910. Lo cierto es que la emergencia de la  cuestión social va a traer enormes repercusiones para el conjunto de la sociedad chilena, la que inicia una significativa modificación en el plano institucional, provocando así una reorientación de la función del Estado. Las primeras legislaciones obreras, que datan de principios del siglo XX, dan paso a un sistema de protección garantizado, desde los años veinte, por un marco institucional promovido desde el Estado. A partir de ese momento, las relaciones laborales y el conflicto estarán mediadas por un marco regulatorio y de protección, generando con ello una suerte de consenso entre los actores involucrados. Consenso que asienta las bases del llamado Estado de compromiso, constituido a fines de los años treinta. Pero también, al asumir las demandas y las problemáticas que lleva implícita la  cuestión social , el Estado da inicio a un importante ciclo de extensión de las políticas sociales, en un primer momento en materia de salud, aunque luego también hacia vivienda y educación. En gran medida, desde mediados de los años veinte se configura un nuevo marco institucional que permite la participación de sectores que hasta principios de siglo se habían mantenido al margen de las instancias de decisión y que carecían de un sistema de protección y seguridad social: los grupos medios y sectores de la clase obrera organizada. Pero además es importante destacar que buena parte del siglo XX, o más bien hasta principios de los años setenta, la sociedad chilena asiste a un gradual pero extensivo proceso de promoción de la ciudadanía. Esto asegura la incorporación y el sentido de pertenencia a la comunidad nacional.  Con ello no se desconoce la constante presión de grupos que históricamente mantienen una condición de marginados, no cuentan con canales adecuados de expresión y por tanto carecen de reconocimiento por el conjunto de los actores sociales y políticos. Incluso, hacia fines de los años cincuenta y comienzos de los sesenta, cuando la irrupción del movimiento de pobladores pone en evidencia el problema de la marginalidad  de aquellos sectores que fueron emigrando desde el campo a los grandes centros urbanos  no se explicita el tema de la  cuestión social como se conoció y asumió en la fase anteriormente descrita. No obstante, el discurso académico y, en menor medida público, habla de “crisis integral” y de la necesidad de generar y promover más  integración  y  participación. Buena parte de esta nueva problemática, que es manifestada, en un primer momento por el grueso de la población femenina y luego por pobladores y campesinos, será asumida desde el Estado que entregará y fomentará nuevos canales de participación. De este modo, las demandas por integración y participación, y por ende los elementos subyacentes de la “cuestión social”, son asumidos mayoritariamente desde el Estado y canalizados por una serie de instancias. La expansión de la ciudadanía, a este respecto, cumple un importante papel en cuanto asegura la participación a nivel del sistema político y permite gozar del conjunto de los servicios y de las políticas sociales impulsadas desde el sector público. Procesos de urbanización acelerada. La llegada de los campesinos a la ciudad, la saturo no habiendo espacio suficiente y se convirtió en el principal centro para trabajar para los campesinos.

La vivienda, al mismo paso que la ciudad se debió dar origen a los centros habitacionales como conventillos. Ranchos. Donde convivían familias de hasta 10 personas, en condiciones indeplorables donde abundaba la pobreza. Por otro lado esta la Amenaza Sanitaria, no habiendo alcantarillado, agua potable, comenzaron las epidemias como el cólera, la peste, la viruela y la sífilis aparte del alcoholismo y prostitución aumentando la mortalidad sobretodo  en los niños. También la ausencia de legislación social, aquí el obrero careció de toda previsión social, no tenían normas higiénicas y seguridad. No contaban con una jornada de trabajo con horas, no se regulaban los trabajos infantiles y femeninos, con salarios que eran los mínimos. Además el anarquismo de combate frontal, surgió a mediados del siglo XIX por la crisis de Europa por el capitalismo industrial y su objetivo era derrocar al estado pues representaba a los burgueses y así los anarquistas movilizaron a los trabajadores a protestar haciendo huelgas. La corriente socialista, impulsada por los trabajadores por los problemas sociales y el sistema capitalista que eran representados por el partido democrático siendo estos quienes realizarían los cambios. El liberalismo laico representado por el partido radical provocado por el desarrollo económico y la poca colaboración del estado y todo se debía a la falta de virtud y responsabilidad publica por la oligarquía económica.


La situación de los trabajadores y determinados problemas en el mundo laboral pasó a ser un tema de discusión en numerosos lugares del mundo desde el siglo XIX. Primero en Europa., donde las condiciones laborales fueron consideradas un pecado social, y donde emergieron movimientos de reforma social con el fin de superar esos problemas sociales. En Chile, se desarrolló un debate similar, con gran intensidad, en el período. Las consecuencias de procesos modernos de transformación, que conducen especialmente a la reacción decidida de los afectados. Las similitudes aparentes de los problemas sociales chilenos con los de Europa explican por qué los contemporáneos buscaron respuestas en Europa y adoptaron modelos europeos para la solución de estos problemas. El tema de la cuestión social es muy complicado y más en esa época, ya que no había tanta tecnología como en nuestros días. El transito rural-urbano todavía ocurre y seguirá ocurriendo en el futuro pero en menor cantidad, ya que esas ciudades que antes tenían un mal desarrollo industrial, cultural y económico, hoy en día han cambiado rotundamente, transformándose completamente en ciudades importantes para el desarrollo humano de nuestro país. El conflicto entre trabajadores y el estado está muy patente en estos días, debido a los bajos salarios que reciben y a las malas condiciones de vida, esto a llevado a huelgas pero de un modo más pacífico, repitiendo algunas situaciones del pasado.  Los tipos de organizaciones que se han creado para defender a los trabajadores han sido necesarias para mejorar su condición de vida, las organizaciones creadas son las mutuales y los sindicatos, estos son una agrupación de trabajadores que tratan de defender sus derechos. En los problemas de los trabajadores no solo ellos han estado involucrados, sino que también la empresa donde trabajan ya que con las huelgas se quedan sin trabajadores y los más afectados son las familias de los obreros. Pero sin embargo, y a pesar de todos los problemas ocurridos en el pasado y en la actualidad, se ha logrado mantener un cierto equilibrio, ya que si no se logra, absolutamente nada resultaría, y los sistemas económicos no surgirían ni nada evolucionaría. En conclusión todos estos problemas ocurridos, según nuestra opinión, han sido necesarios para que la sociedad aprenda lecciones importantísimas con respecto a lo social y además para tener experiencia para los futuros problemas que tenga que enfrentar el país, ya que todo y absolutamente todo se aprende de los errores que se sufren al tener que resolver problemas de todo tipo.